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La inclusión educativa en las políticas europeas

Uno de los primeros pasos importantes en términos de inclusión en la educación se dio en diciembre de 2017, cuando el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y la Comisión adoptaron el Pilar Europeo de derechos sociales, que destaca la importancia de las dimensiones social, educativa y cultural de las políticas de la UE.

El primer principio del pilar europeo de derechos sociales subraya que:

Toda persona tiene derecho a una educación, una formación y un aprendizaje permanente de calidad e inclusivos, a fin de mantener y adquirir competencias que le permitan participar plenamente en la sociedad y gestionar con éxito las transiciones en el mercado laboral”.

Además, el informe conjunto de 2015 de la Comisión y el Consejo sobre la aplicación de la Estrategia ET 2020 ha establecido “la educación inclusiva, la igualdad, la equidad, la no discriminación y la promoción de las competencias cívicas” como ámbitos prioritarios para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación.

A través de la iniciativa Espacio Europeo de Educación, la Comisión destacó el valor de una educación inclusiva y de buena calidad. Esta visión se vio respaldada por una Comunicación de la Comisión en la que se afirmaba que el Espacio Europeo de Educación debía ayudar a los Estados miembros de la UE a mejorar el carácter integrador de su educación.

A raíz de las propuestas de la Comisión, ya se han adoptado varias iniciativas políticas:

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Recomendación del Consejo sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, donde con los términos “competencias clave” se refieren a los conocimientos, aptitudes y actitudes que todos necesitan para la realización y el desarrollo personales, la empleabilidad, la inclusión social y la ciudadanía activa.

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Recomendación del Consejo sobre el fomento de los valores comunes, la educación inclusiva y la dimensión europea de la enseñanza, donde se afirma que la educación y la formación inclusivas y de alta calidad, a todos los niveles, así como la dimensión europea de la enseñanza, son primordiales para crear y mantener una sociedad europea cohesionada.

En mayo de 2018, el consejo publicó una recomendación que promueve la educación inclusiva (2018/C 195/01) en la que se declara que todos los Estados miembros de la UE deben proporcionar una educación inclusiva dando a todos los alumnos una educación de calidad y proporcionándoles el apoyo necesario en función de sus necesidades. Ese mismo mes, la Comisión adoptó una propuesta para un nuevo programa Erasmus+, duplicando el presupuesto del programa. El nuevo programa pretende que más jóvenes europeos de todos los orígenes sociales puedan estudiar, formarse y aprender en el extranjero, e incluye un marco europeo de inclusión y estrategias nacionales de inclusión.

La labor de los Estados miembros de la UE en pro de una educación más integradora se supervisa mediante el proceso del Semestre Europeo y el Monitor de la Educación y la Formación.

En el marco del Semestre Europeo, la Comisión realiza análisis por países que ayudan a los gobiernos nacionales a evaluar los avances en la aplicación de las reformas necesarias y a sentar las bases de futuros cambios.

Además, cada año el Monitor de la Educación y la Formación presenta el análisis anual de la Comisión Europea sobre la evolución de los sistemas de educación y formación en toda la UE.

La Comisión también ha puesto en marcha una amplia gama de acciones en este ámbito, como:

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Creación de un Grupo de Trabajo ET 2020 sobre Promoción de Valores Comunes y Educación Inclusiva, que constituye una concisa recopilación en línea de buenas prácticas en este ámbito;

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una iniciativa con modelos positivos para fomentar la inclusión social y prevenir la exclusión y la radicalización violenta entre los jóvenes;

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un conjunto de herramientas para animadores juveniles que trabajan con jóvenes en riesgo de marginación;

Además, el programa Erasmus+ apoya iniciativas y actividades para desarrollar políticas y prácticas innovadoras a nivel de base que den prioridad a la inclusión social.

En 2021, la Comisión Europea adoptó la estrategia para los derechos de las personas con discapacidad 2021-2030 para garantizar, junto con otros objetivos importantes, la igualdad de acceso a la educación para todas las personas. El documento establece que todas las instituciones educativas deben proporcionar las condiciones para un enfoque inclusivo y critica claramente “las escuelas especiales que no siempre ofrecen puentes eficaces hacia el sistema educativo general (…)” (Unión Europea, 2021). Está claro que la Comisión Europea fomenta un modelo educativo inclusivo en el que los alumnos con y sin discapacidades reciban clases juntos, al tiempo que desaconseja enviar a los alumnos con necesidades especiales a los denominados “colegios especiales”. Sin embargo, esto constituye un reto para los países que tienen una larga historia de segregación educativa. Este reto no es sólo estructural y organizativo, sino que también implica un cambio de mentalidad de la mayoría de las partes implicadas, como profesores, directores de escuela y responsables políticos.

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